De nuestra montaña el protagonismo se lo lleva sin duda Picos de Europa. Es el primer Parque Nacional y el de mayor extensión hasta hace poco tiempo: 500 Km cuadrados.

Picos de Europa es un macizo calizo, con una estructura geológica propia que le confiere unas características y paisaje únicos. Alta torres (Torrecerredo 2.648 m), profundos valles, vegetación exuberante y “jous” de apariencia marciana: éste es el paisaje que podrá encontrar. Especialmente interesante es su proximidad al mar, en línea recta a 14 km.

Senderismo, escalada, espeleología, descenso de barrancos, salto en parapente o simplemente echar una cometa desde algún pico perfectamente accesible a cualquiera, son algunas de las múltiples actividades que podrá VIVIR durante su estancia, bien de forma individual o apoyado en alguna de las múltiples empresas de turismo activo que hay en los alrededores.

Aquí la costa también es especial. El Cantábrico pone sus mareas y nos hace estar atentos, “a ver dónde dejamos la toalla, que sube la marea”. La geología forma un paisaje caprichoso, con altos acantilados y preciosas y amplias playas donde pasear es un lujo para los sentidos, pequeñas calas que prácticamente desaparecen al subir la marea, playas interiores desde las que no se ve el mar.

Gran parte de la costa no es otra cosa que los Picos de Europa bañados por el Cantábrico. Estas caprichosas estructuras kársticas proporcionan una indiscutible y tremendamente agreste belleza que dan lugar a unos acantilados hirvientes, cuevas con salida directa al mar, a bufones o bramaderos qué, en días de temporal lanzan el agua a 30 metros de altura emitiendo un “bramido” (rugido) estremecedor. Verlo en directo es una experiencia única, un día de temporal en el Cantábrico es un espectáculo único.

Otra experiencia inolvidable es hacer una caminata por Picos, pasar por casa a ponerse el bañador y a continuación acercarse a cualquier playa de la zona a relajarse viendo la puesta de sol, ¿se puede pedir más?

Pero esta zona no sólo es mar y montaña, es cultura, arte, gastronomía es un pequeño “todo”:

• Los mercados de Cabezón de la Sal, Unquera o Cangas de Onís donde podrá comprar quesos irrepetibles, fabes para hacer una extraordinaria fabada o cualquier otro producto de temporada.

• Visitar los pueblos marineros y disfrutar de los pequeños puertos pesqueros.

• Ir a Colombres a darse un baño de palacetes Indianos.

• Mecerse en los puentes tibetanos de Alguna Vía ferrata

• Ver las increíbles estalactitas de la Cueva del Soplao, las pinturas rupestres de Tito Bustillo, de la Loja o del Pindal.

• Bajar el rio Deva en Kayak.

• Acercarse al mirador de Santa Catalina en el Desfiladero de la Hermida y ver los buitres por debajo de ti.

• Pasear entre el Modernismo de Comillas.

• La Liébana de Santo Toribio o Covadonga, donde la religión, la historia y el arte se fusionan.

• O, simplemente no hacer nada, sentarte a la orilla del rio a tirar piedras y escuchar el murmullo del agua.

Al final, son sólo y nada más que experiencias. VÍVELAS, que no te las cuenten.